jueves, marzo 02, 2006

A NADIE


Ella lo miró y le pidió una explicación. El le dijo: a mi tb me viene el otoño. Ella siguió en silencio. El continuó: Es cierto. Una vez me dijeron que tenía cara de otoño. Y me lo creí. Y entonces la estación fue mía. Ella miró hacia un lado. Luego hacia el otro. El se rascó la oreja derecha, encendió un cigarrillo y concluyó: El otoño es el sol que no daña y el gris que no nubla. Por eso me gusta. Porque no va para allá, pero tampoco para acá.