El celular estaba sobre la mesa. Su dueño, exponía ante el directorio los alcances de los éxitos de la última campaña publicitaria. La vibración metálica del teléfono interrumpió levemente su discurso. El ejecutivo titubeó pero siguió hablando de cifras, público objetivo, segmentación. Incómodo, hablaba y hablaba mientras el celular vibraba y se desplazaba lentamente hacia el costado izquierdo de la mesa ejecutiva. Miró de reojo la pantalla para percatarse que su esposa lo llamaba insistentemente. El hombre siguió exponiendo. A la tercera llamada pidió excusas y tomó el teléfono con su mano derecha. Les pido un par de minutos, dijo secamente. Los otros directores aprovecharon el break para revisar sus propios celulares. El ejecutivo abrió la puerta y contestó la llamada en el pasillo. El resto de los hombres contaron un par de chistes verdes. Luego, un grito ahogado en el pasillo provocó la suspensión de la reunión hasta nuevo aviso.
domingo, diciembre 06, 2009
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