martes, septiembre 19, 2006

BEBÉ


Va en bicicleta recorriendo la ciudad. No tendría nada de particular sino fuera porque se viste como guagua. Tiene 53 años. Sobre su pecho lleva un babero XL y un chupete de goma. Polera azul, usa pañales de adulto que le abultan el estómago. Habla como niño, con un sonsonete insoportable. Cada 4 palabras aparece una risa (tonta, infantil, sin sentido) En su mochila de Pedro Picapiedras, lleva una mamadera con leche, un peluche de la Pantera Rosa y una muda. Sí. Una muda. Porque se caga y se mea. Su bicicleta es color celeste y tiene unos espejos grandes donde pega sus calcomanías. Las Chicas Superpoderoas, Teletubbies y Tom y Jerry. Se llama Juan. Su recorrido en bici incluye una visita a su hermano mayor, al Hogar de Cristo y a una Fuente de Soda donde siempre le regalan un sandwich jamón queso. Gracias tío le dice al mozo. Cada noche vuelve a su hogar, allá por Cerro Navia. Una viuda de 65 años lo acogió luego de ver su historia en un programa de televisión. Cada noche, la viuda le ofrece una teta. Y Juan chupa hasta quedarse dormido.

lunes, julio 17, 2006

UN VERANO NARANJA


Cientos de veraneantes tostándose al sol. La arena: como una alfombra perfecta. El cielo: un papel mural sin degradé. Pelotas de tenis van y vienen. Como las olas. Como los gritos que anuncian el rico barquillo y el pegajoso cuchufí. Nadie deja de sonreir. Los niños juegan en la orilla. Un par de surfistas se pierden entre las olas. Decenas de bikinis encienden las miradas. Es una postal veraniega inmaculada. Un spot de televisión, natural y vendedor. De pronto, las sonrisas se convierten en muecas. Las muecas en inquietud. Algo que no encaja. Algo molesta. Es cierto. Hay alguien que está fuera de lugar. Es una niña. Una niña-de-cabeza-calva. Al centro del set veraniego esta niña-de-cabeza-calva extiende su toalla. Su sonrisa es amplia. Sus aros se ven enormes. En una mano el balde. En la otra una palita. El encantador sonido de las paletas se detiene. Los vendedores ambulantes bajan la voz. El bronceado salvavidas sube el volumen del walkman. Algunos la miran. Otros esconden sus ojos tras los best sellers de verano. Hasta las gaviotas guardan silencio. No hay remedio. La máquina vacacional sufre esta vez un duro revés.

viernes, junio 30, 2006

AY AMOR

Trata de olvidar. Trata de olvidar sentado en uno de los tantos asientos de la estación de metro. Cuando piensa en ella siente un dolor bajo sus costillas y en la muñeca de su mano derecha. Como una puntada. Su novia, prima hermana de la vecina, le dijo que no, que nunca más, que esta vez era para siempre. Desde ese minuto fatal se la encuentra en todas partes. En el crucigrama, en todas las canciones de Julio Iglesias, en el nombre de la protagonista de la teleserie. Cada día se le hace un mundo despertar en la mañana, ducharse, prepararse desayuno, tomar la micro, saludar a los colegas, encender el computador, trabajar, ir al baño, tomar un café, fumar un cigarrillo, salir a colación, almorzar, fumar otro cigarrillo, tomarse otro café, volver a trabajar, despedirse de sus colegas, apagar el computador de la oficina, tomar la micro, volver a casa, preparar la cena, volver a dormir. Sueña con ella. Cada noche. Que le hace el amor, que le toma la mano, que la besa en la mejilla, que le hace un masaje. Trata de olvidar. Todos los días, todos los minutos, todos los segundos. Ha inventado varios trucos para engañar sus sentimientos. Hizo un curso de lectura veloz, participó en un concurso de poesía, se metió con una puta, mató su gato a patadas, se hizo socio del Audax Italiano, se rapó al cero. Pero ya nada resulta. 5 meses van desde que le rompieron el corazón. Y todavía le sudan las manos cuando escucha su nombre.

sábado, mayo 20, 2006

LA SPEZIA


Italia
La Spezia, Liguria
Estación de trenes
15:37 minutos
17 de Mayo, 2005


Un anciano sentado en un banco. Viste entero de jeans. Sobre su cabeza, un sombrero cowboy color negro. Lleva un pequeño bolso deslavado marca Diadora. A un costado, un perro chico, raza indefinida. Al frente del anciano, un joven en cuclillas. 18 años. Piel bronceada. Arabe (puede ser marroquí, libanés, quizás turco). Una polera blanca con el logo Levi´s sobre el pecho. Jeans y zapatillas gastadas. El viejo lo mira detenidamente. El chico le sostiene la mirada. El perro siempre tranquilo. El chico se pone de pie y se sube la polera mostrando su vientre liso. El viejo mira. El árabe se sobajea el estómago, le da la espalda y se toca los glúteos. El viejo sigue mirando. El perro muerde una de sus patas en busca de una pulga. El abuelo, siempre con la mirada al frente, busca algo entre sus bolsillos y le ofrece un cigarrillo. El chico lo recibe y lo enciende con un encendedor azul. Aspira el humo y vuelve a su lugar. El viejo abre su bragueta. El joven sonríe coquetamente y se saca la polera. El perro levanta su cabeza y mira a su amo. El viejo mete su mano blanca dentro del pantalón. Un pene flojo se asoma tímidamente. El chico dice unas palabras en un idioma del demonio y lanza una carcajada. El viejo se masturba con cara triste. El tren con destino a Rapallo llega a la estación. Decenas de turistas bajan con sus mochilas a cuestas. El abuelo detiene el movimiento de su mano y se cierra la bragueta con una mueca de decepción. El chico se pone de pie y le habla al oído. El viejo saca una billetera y le pasa un par de monedas. El perro está dormido. Un inspector grita algo en italiano. El chico se sube al tren de un sólo salto y se cierra la puerta. El tren se pone en marcha. El viejo sentado y con la mirada al frente acaricia el lomo de su perro y también se queda dormido.

domingo, abril 23, 2006

PAJA


Cierra la puerta del baño. Se baja los pantalones. Se sienta en el W.C. Enciende la radio como medida de distracción. Para gatillar el impulso sexual, sabe que tiene que fijar en la mente una de estas tres imágenes: 1) las tetas generosas que escapan de la blusa escotada de la profe de matemáticas. 2) el culo de su tía Andrea encarcelado en sus jeans rojos. 3) La prima María José haciéndole un masaje en el cuello. Después de la elección, toma delicadamente el pene sólo con 3 dedos (pulgar, índice y corazón o dedo tercero). Realiza un masaje preciso, tierno y rápido sobre el glande cálido. Luego de estimularse con la imagen seleccionada, comienza el zapping sexual acostumbrado: que se lo chupan, la foto del par de lesbianas que esconde en el libro de Historia, la Cata en jumper recogiendo un lápiz, cualquier foto de la Penthouse del Miguel o de la Playboy del papá, los calzones de la nana, aquel encuentro casual con esa mina sin nombre que una noche de agosto le mordió la oreja bailando un lento de los Enanitos Verdes. El secreto de una buena masturbación, según, él es mezclar, coordinar y fusionar todas estas escenas a un ritmo endemoniado y preciso. Cuando el semen está a punto de ser expulsado, aminora el ritmo. Detiene el zapping y profundiza en una, y sólo en una, de las tantas imágenes del repertorio. Esta vez triunfa el encuentro casual con esa mina sin nombre que una noche de agosto le mordió la oreja bailando un lento de los Enanitos Verdes. Tose para distraer a su madre que siempre pulula tras la puerta del baño. Cierra los ojos. Aprisiona el prepucio con los mismos 3 dedos para atajar y detener el manantial de placer. Goza el momento luminoso (siempre como si fuera la primera vez, siempre). Suspira. Limpia. Pablo tiene 12 años y es virgen. Para él, la masturbación es un rito sagrado que debe cumplir estos requisitos básicos. El cura del colegio le dijo una vez que la masturbación no sólo es pecado, sino que además le provocará un daño irreversible a la vista. Que incluso podía quedar ciego. Lo que no sabe el cura del colegio es que a Pablo esa amenaza le provoca risa. Por una razón muy simple. Su papá es oftalmólogo. Y de los buenos.

martes, abril 04, 2006

6 DE ABRIL


En un auto. Un hombre y una mujer sin nombres conocidos. De fondo, una canción de los años 70. Un, dos, tres besos. La ciudad dormida. Son las 5 y media de la mañana del sexto día del primer mes de la estación otoño. En menos de 2 metros cuadrados se desata la tormenta del deseo. Hacen el amor. En silencio y para siempre. Ojos desorbitados/fluidos acaramelados/piel eléctrica. Hacen el amor. Con todo el tiempo a su favor. Con la inútil levedad de los ángeles. Hacen el amor. Un tatuaje para la piel. Un gemido para siempre. La primera y última vez en la vida. Pasan los años y borran los números de sus celulares. Hoy la mujer cree escuchar su voz en una estación del metro. Hoy el hombre cree verla caminando por el pasillo de un reluciente supermercado.

jueves, marzo 02, 2006

A NADIE


Ella lo miró y le pidió una explicación. El le dijo: a mi tb me viene el otoño. Ella siguió en silencio. El continuó: Es cierto. Una vez me dijeron que tenía cara de otoño. Y me lo creí. Y entonces la estación fue mía. Ella miró hacia un lado. Luego hacia el otro. El se rascó la oreja derecha, encendió un cigarrillo y concluyó: El otoño es el sol que no daña y el gris que no nubla. Por eso me gusta. Porque no va para allá, pero tampoco para acá.

domingo, enero 22, 2006

LA FOTO



Mira. Ahí estoy en Santa Mónica, Los Angeles, California, Estados Unidos, América. El tipo de lentes es mi jefe. El resto son unos gringos lateros que nos enseñaron la ciudad. Esa tarde fuimos a almorzar a un restaurant muy snob frente a la playa. Me creerías que detrás de mí estaba sentado este actor, éste que estuvo casado tanto tiempo con la Meg Ryan. Te gusta ella? Mmmmm, a mi no tanto. Pucha, no me acuerdo ahora del nombre. Es uno que actuaba en una película muy idiota. Viaje Insólito o algo así. ¿Te conté que el hotel donde alojamos estaba lleno de productores de cine de todo el mundo? Uno de los gringos me explicó que se trataba de una gran feria que se hace una vez al año en la ciudad, donde las grandes distribuidoras venden todas las series y películas que se hacen en Hollywood. Una fauna de la puta madre. Esa mañana, cuando nos sacamos la foto, y luego de una eterna reunión de trabajo, fuimos a conocer el Paseo de las Estrellas. Ufff, bajo mis zapatillas una galería de famosos: Al Pacino, Jerry Lewis, Sofía Loren, Marilyn Monroe. Tienes razón, ahora se las dan a cualquiera. Don Francisco no tiene una? Cuando estábamos frente al Teatro Chino, vimos mucha gente aplaudiendo, y habían hartos periodistas y policías. Adivina quién estaba? Martin Scorsese. Sí. Mi director favorito Mi preferida? ufff, es difícil elegir una. Podría ser Los Buenos Muchachos. Le estaban haciendo un homenaje o algo así. Y junto a él Joe Pesci y la Sharon Stone. Joe Pesci y la Sharon Stone!!! Ella se pasó. Te juro que sobre su cara caía una luz especial. Lo más divertido del lugar es que todos parecieran ser actores secundarios. La mujer que limpiaba mi habitación se parecía a Madonna. Y el tipo que nos estacionaba el auto era igualito a Andy García. Al final estuve 5 días en Los Angeles. Una ciudad rara con millones de hombres y mujeres buscando sus 15 minutos de fama. Antes de volver a Chile, mi jefe me subió el sueldo con un whiskey en la mano. Dennis Quaid! El actor se llamaba Dennis Quaid. Lo ubicai?


viernes, diciembre 23, 2005

LA COSA NOSTRA


Ha leído todos los libros de Mario Puzo. Se conoce de memoria la vida de Salvatore Giuliano, apodado El Siciliano. Ha visto catorce veces El Padrino 1, nueves veces El Padrino 2 y siete veces El Padrino 3. Sus hijos se llaman Vito, Sonny y Michael. En su taller, se pueden ver fotos de Lucky Luciano, Al Capone y Frank Sinatra. A su madre la llama Mamma y a su mejor amigo Consiglieri. Se llama Julio Céspedes Concha. Es el Don de su calle, por allá, en Cerro Navia. Cree que todo ser humano tiene su precio. Es acérrimo seguidor de la omertá, la ley del silencio de los sicilianos. Los domingos se pone el terno cruzado gris con delicadas rayas negras. Le gusta que la gente lo salude con una leve inclinación de cabeza. Es un signo de respeto, les dice a sus hijos Vito, Sonny y Michael. Es amigo del cura, del dueño de la panadería y de los carabineros del barrio. Hace 2 años, tuvo que mediar en una discusión entre un par de vecinos. Una pelota rompió el vidrio de una de las casas y hubo recriminaciones, sacadas de madre y un par de amenazas de venganza. Como mediador, reunió a los padres de ambas familias rivales y el asunto terminó en el bar de la esquina entre varias botellas de vino. En señal de agradecimiento, los padres de familia le enviaron un cartón de cigarrillos Derby. Hoy Don Julio despertó algo preocupado. Tiene que enviar un mensaje y no sabe donde puede conseguir una cabeza de caballo.

domingo, noviembre 13, 2005

REWIND


Como un perro rabioso. Muere en el baño. Se desmaya. Se duermen los brazos. Flaquean las piernas. Se nubla la vista. Tose sangre. Se ahoga. Tose. Le falta el aire. Su palidez lo asusta. Se mira al espejo. Lo primero que hizo fue tener miedo y luego ganas de fumar. Recuerda la radiografía con el veredicto implacable. Entra al baño. Vuelve a caminar. Tose de nuevo. Es cosa de tiempo Al final el cigarro siempre gana. Se detiene frente al escritorio. Una vez tosió 28 minutos seguidos. A duras penas camina por el pasillo. Se levanta tosiendo. Sabía que esta noche iba a llegar. Comienza a transpirar. Tose. Se toma el jarabe. El doctor le dijo que tenía “pulmones inmaduros”. Busca el jarabe. 4:32 am. Mira la hora. Tos seca, tos de perro, tos tos. Es la tos de todas las noches. Tose de nuevo. Enciende la pequeña lámpara del velador. Se despierta escuchando el rugido de su pecho. Tose.

jueves, octubre 13, 2005

SUPER


Magdalena arrastra el carro por el pasillo de las bebidas. Fanta para los niños. Cerveza para el marido. Jugo para ella. Un dolor monumental corona su cabeza. Lleve dos y pague uno. La compra del mes siempre ha sido una tragedia. Que el presupuesto. Que las ofertas. Que esa maldita manía de ahorrar peso a peso. Esta tarde sólo sabe un par de cosas: Hoy es el día de las verduras y mañana el de la carne. Suena el celular de Magdalena frente al pasillo de los alimentos dietéticos. Es Antonio (el otro, el patas negras). La peor pesadilla de Jaime (su marido, el hombre para toda la vida). Antonio le dice que quiere terminar. Que se dio cuenta que ama a otra mujer (soltera, más joven, sin hijos) Una niña, una perra, una puta que no sabe cuanto cuesta un litro de leche. Eso se lo dice a él mientras un reponedor baja el precio del queso laminado (Antes $800 Hoy $700. Lo llevo). Una lágrima cae, a pesar que todos saben que es políticamente incorrecto llorar en un supermercado. Pero esta vez, Magdalena no aguanta más. Suelta el carro con rabia. Contra una pirámide de arvejas en conserva. Ruido infernal que llama la atención de las mujeres/clientes. Ruido infernal que hace llorar a los niños/clientes. Ruido infernal que espanta a los hombres/clientes. Rudio infernal que rompe la rutina de un supermercado cualquiera. Ahora Magdalena levanta la cabeza. Rodeada por curiosos en la entrada y salida del pasillo de abarrotes. Nadie hace nada. Nadie dice nada. Un estricto silencio entre las paredes de un concurrido supermercado. De pronto, un vértigo de imágenes: Ofertas-Antonio-Promociones-El marido-2x1-Sus niños-Tarjeta de descuento-litro de leche-puta joven-kilo de tomates. Todos juntos y revueltos en la frágil cabeza de la pobre Magdalena, quien es juzgada por decenas de ojos consumidores. Esta vez, se pregunta, quién lanzará la primera piedra.

lunes, septiembre 26, 2005

BALA LOCA


Hoy va a morir de un balazo en la cabeza. El no lo sabe. Pero así va a suceder. Mañana de día lunes/mes de octubre. La primavera en todo su esplendor. Arboles en flor. Los colores del mundo desparramados en las calles. Polen. Mucho polen entrando y saliendo por su nariz. Camina despacio. La acidez le quema el estómago. Sube por el pecho. La tráquea. La boca. Eructa. Resaca ácida de cervezas y completos de la jornada anterior. Se mueve por calle Estado. Se detiene frente a un quiosco. Compra cigarros y lee los titulares de la prensa. La selección, la modelo, la guerra. Tuerce la nariz. Estornuda. La primavera, piensa. Se suena. Día de pago. Más cervezas, más completos. Sus primeros 30 días de trabajo merecen una recompensa. Recuerda con orgullo como su papá derramaba lágrimas cuando recibió el diploma del Liceo Comercial. Recuerda con desagrado cuando ese mismo papá agarró una tijera para cortarle el pene luego de comunicarle que su polola estaba embarazada. Entra al banco empuñando su cheque de 250 mil pesos. Nominativo. Cruzado. Listo para depositar en su flamante nueva cuenta corriente. Recibe un empujón. ¡¡¡Se me tiran al suelo los conchesumadres!!! Cierra los ojos. Se le seca la boca. Estornuda. El pistolero dispara. La bala se pierde en alguna parte de su cuerpo.

viernes, septiembre 16, 2005

CITÉ


Son 12 familias. 37 personas. Todos entran y salen sólo por una puerta. La puerta se abre y se cierra cada 3 minutos. Que entran, que salen, que se devuelven, que se arrepienten. Vivo frente a esa puerta. Mi casa. Pareada. 2 pisos. 4 habitaciones. Lindo jardín. Todos los domingos ellos hacen almuerzos comunitarios. Poca carne. Mucho vino. Poca hambre. Mucha sed. Después del tinto juegan fútbol. Los 37 vecinos desparramados por el pasaje. Mujeres, hombres y niños. 2 equipos. 1 pelota. Muchos goles. Mi auto es cancha. Mi puerta también. Una vez los reté a todos. Necesito dormir, grité. Los 37 se rieron. A carcajadas. Cerré la puerta lleno de vergüenza.

Hoy la calle está silenciosa. La puerta ha permanecido cerrada. Todo el día. No hay risas. No hay tinto. No hay goles que celebrar. Anoche se echaron a uno se comenta en el pasaje. Cuchillazo al centro del corazón. El cuerpo descansa sobre la mesa comunitaria. Con el puñal tieso sobre el pecho. A vista y paciencia de las 12 familias. Los niños lo miran indiferente. Las mujeres rezan por el alma. Los hombres se escarban los dientes. Nadie vio nada. Nadie escuchó nada. A esa hora todos dormían. Apareció muerto. Acostado sobre la mesa. Azul. Frío. Fiambre. Un ajuste de cuentas a dos cuadras de una comisaría. Dicen que por cagón. Porque al infeliz se le ocurrió vender la pelota.

viernes, septiembre 09, 2005

LOCA DE PUEBLO


El papá. La mamá. El hijo. La trilogía familiar que espera el bus de regreso en una calle de provincia. El equipaje: 2 bolsos, una pelota y una bolsa de chilenitos. El Bus: Pullman. Climatizado. TV. Velocidad controlada. La hora de salida: 17:45. La hora de llegada 19:30. Inicio: Quilpué. Destino: Santiago. El papá conversa con la mamá. Un collage de temas familiares y dominicales. Mientras, el niño, pelota en mano, mira embobado la bolsa de chilenitos. Los dulces agitan su estómago y cada uno de sus deditos. Algunos pasajeros llegan con más maletas, más hijos, más conversaciones familiares/dominicales. De pronto, se escuchan las palabras que hieren. Un tengohambre tengohambre que quiebra el perfecto equilibrio del alegre sonido ambiente. Es Lalo. La loquita sucia del pueblo molestando otra vez. Ese error de Dios que todos los pasajeros en tránsito (ex provincianos, orgullosos capitalinos por adopción, que visitan a los perdedores, a los familiares que nunca encontraron la puerta de salida) quieren olvidar. La incomodidad general que parte en las nucas, baja por los cuellos, recorre las espaldas. El niño esconde sus pastelitos. La mamá hace que no ve. El papá baja la mirada. Vuelve el peor recuerdo del pueblo: La loquita es de aquellas loquitas que escoge su comida en los tarros de basura del mejor barrio de la ciudad. La loquita es de aquellas loquitas que se acuestan con los últimos borrachos del bar El Campeón. La loquita es de aquellas loquitas que van dejando fetos en los mismos tarros de basura del mejor barrio de la ciudad. El tengohambre ahora se dirige hacia la familia. El niño, avergonzado, esconde los pastelitos tras la pelota. La loquita mira la bolsa de chilenitos y el niño mira la baba amarilla que cae de la boca de la mujer. Asustado, suelta la bolsa y corre tras los brazos de su padre. Sin pensarlo dos veces, la loquita se abalanza sobre los dulces. La mamá corre con la cara asqueada. La loquita en cuatro patas devorando su presa. PASAJEROS CON DESTINO A SANTIAGO, DIRIGIRSE AL ANDEN 5… Todos hacia el Pullman. Aliviados de escapar de la loquita del pueblo. El niño mira por última vez sus pastelitos desparramados por el suelo. La loquita se limpia la boca. Ahora tiene ganas de culiar.

lunes, septiembre 05, 2005

DON JULIO


Estuve ahí. La Maga también. Me habría gustado dejarle tantas cosas. Sólo tenía un cigarro.

viernes, septiembre 02, 2005

EL REY


El rey del mote con huesillos está triste. Anoche perdió su sangre azul frente a la Casa Cena. Se metió con una cochina que le robó el alma, unas lágrimas y más de cien lucas. Después llegó a su casa y su reina lo mandó a dormir al living. El gato lo meó encima y su princesa le contó que estaba embarazada del tal Lucho. Un rey no se merece estas faltas de respeto. Menos el del mote con huesillos. Por una cuestión de seguridad nacional, dice él.

sábado, agosto 27, 2005

INTERCONECTADOS


Una niña juega en la plaza. Su padre lee el diario aburrido. La niña lo rodea, saltando en un pie. El papá no levanta la mirada. A 5 cuadras, un perro le ladra a una bicicleta. El ciclista se pone nervioso. Lanza algunas patadas para alejar al perro. El perro detiene su loca carrera. Mira al ciclista alejarse por la calle. En un kiosco, una anciana compra una revista. Se guarda el vuelto en su cartera. La vieja se sienta en el paradero. Abre la revista y empieza a leer. El ciclista pasa por el paradero. La anciana deja a un lado la revista. Llama al ciclista. El ciclista se detiene, apoya su pie derecho contra la vereda y conversa dos palabras. En la plaza, la niña persigue a un par de palomas. Su padre mira su reloj y estira los brazos. El perro camina hacia la plaza. Ladra al mismo par palomas y toma agua de una fuente. El ciclista reanuda su camino. La anciana sigue leyendo la revista. Una micro se acerca por la avenida. El ciclista se cruza con la micro. La anciana deja de leer, se pone de pie y hace parar la micro. Se sube. La niña comienza a perseguir el perro. El perro se asusta y corre alrededor de la fuente. El padre se rasca la cabeza y retoma la lectura del diario. La micro se acerca a la plaza. El perro se acerca a la avenida. La niña persigue al perro. El padre no levanta la mirada. El ciclista se baja de su bicicleta y entra a una casa. La micro acelera por la avenida. La anciana se sienta tras el chofer. El perro cruza la avenida. La niña va tras el perro. Se escucha el chirrido de unos frenos. El ciclista se da una ducha caliente. El paradero está vacío. La anciana se aferra al asiento. El padre levanta la mirada.

martes, agosto 23, 2005

POSEIDO


Se movía rápido. Tenía el chiste a flor de labios. Vendía películas piratas y sandwiches de palta a media tarde. Era junior. Junior de una agencia de publicidad. Conocía todos los dramas de la oficina. El jefe lo llamaba Willy, su mujer Memo, su madre Guillermo. Tenía 43 años. Casado. 2 hijos lindas. Estudió hasta 2ª medio, hizo el servicio militar y su plato preferido eran las vienesas con puré picante. Su primer sueldo lo gastó en un vestido para su mujer. Fue el Mejor Compañero de la Oficina durante 4 años seguidos. No fumaba. No tomaba. Bailaba apretado solo con su mujer. Andaba con La Cuarta bajo el brazo, no conocía los café con piernas y todas las secretarias le invitaban un tecito. Una suculenta Libreta de Ahorro para la Vivienda era su máximo orgullo. Jugaba al Kino, al Loto, la Pirámide y muy de vez en cuando a los caballos. Su radio favorita era la Corazón. Bueno para el baby fútbol. Todas las noches se quedaba dormido viendo Morandé con Compañía. Su único pecado era un póster de Marlene Olivarí, doblado en ocho pequeñas partes, que escondía en su libreta de pedidos. Hace 12 años había leído su último libro. Una vez escribió un poema. Su actor favorito era Arnold Schwarzenegger. Colo Colo, el club de sus amores. Contaban que era feliz. Un día escuchó una voz y la voz le pasó un hacha y el hacha lo llevó hasta la cama de los niños y los niños se convirtieron en angelitos y los angelitos llamaron a su madre y la madre pidió que la sacrificara. El despertó al otro día. En un juicio rápido, le tiraron perpetua.

domingo, agosto 21, 2005

TENGO MIEDO


Tengo miedo. El señor Sanfeliú me dijo que tuviera ojo con los derechos de autor de estos miserables cuentos. Al principio no le di importancia (quién sería capaz de robarme estas historias? Milli Vanilli? El señor Rosasco? La señora de Zurita?) Pero luego de una espantosa pesadilla, sentí miedo. Y si alguien se hacía famoso a costa de mi trabajo? Y si alguien viajara por el mundo, visitando ferias de libros, hoteles 5 estrellas, a costa de mi torpe pluma? Por lo tanto anuncio a los escasos visitantes de mi blog, que suspendo cualquier publicación hasta no saber bien como diablos los puedo proteger. Gracias y buenas días para algunos y buenas noches para otros.

lunes, agosto 15, 2005

LITERA-RUTA


(Dios te salve Norteamerica)
Jack Kerouac siempre fue un borracho. Un día, se le ocurrió cruzar Norteamérica de este a oeste, y viceversa. De aquí para allá, de allá para acá. Autos destartalados. Buses de segunda. Trenes de tercera. Entre tanto kilometraje acumulado, escribió un libro. En el camino. Años después, los medios lo convirtieron en un mito. Cuando lo llamaron de la tele, millones de niños esperaban junto a sus padres al nuevo superhéroe norteamericano. Con capa y logotipo en el pecho. Los jóvenes querían ser como él. Los padres volver a ser jóvenes. Grande fue la sorpresa. El santo caminante tenía un barril de cerveza en el estómago. Callos en las manos. Juanetes en los pies.¿El rey de los beatniks? El rey de los hueones será. De los vagos. De los acabados. Dónde está nuestro salvador? se preguntaron en California. ¿Quién diablos es ese fracasado?!!! gritaron en Nuevo México. Lo mataron, lo desterraron, lo aniquilaron antes de ir a la tanda comercial. El conductor pidió excusas a sus televidentes. Los auspiciadores amenazaron con abandonar el programa. Y los estupendos norteamericanos volvieron a sus camas. Todos a dormir tranquilos que mañana será otro día.