
Bautizó a su máquina como “Bella Luisa”. Cruza Santiago desde La Reina a Pudahuel desde hace 18 años. 5 asalto a cuestas, una vez le enterraron un cuchillo en el estómago que casi le costó la vida. Las hemorroides lo tienen bien jodido y las 200 lucas que saca al mes también. En la mañana es amable, en la tarde indiferente, en la noche una bestia. Lo que más le gusta es tirarle la micro a los jeeps último modelo. Lo que más odia es regresar a casa con el cuerpo podrido. Una vez arrolló a una anciana y gracias al abogado no pasó ni siquiera una noche en la cárcel. Ama los helados de piña y las rutinas de los payasos del centro. La palabra Transantiago lo tiene hasta la coronilla.