viernes, junio 30, 2006

AY AMOR

Trata de olvidar. Trata de olvidar sentado en uno de los tantos asientos de la estación de metro. Cuando piensa en ella siente un dolor bajo sus costillas y en la muñeca de su mano derecha. Como una puntada. Su novia, prima hermana de la vecina, le dijo que no, que nunca más, que esta vez era para siempre. Desde ese minuto fatal se la encuentra en todas partes. En el crucigrama, en todas las canciones de Julio Iglesias, en el nombre de la protagonista de la teleserie. Cada día se le hace un mundo despertar en la mañana, ducharse, prepararse desayuno, tomar la micro, saludar a los colegas, encender el computador, trabajar, ir al baño, tomar un café, fumar un cigarrillo, salir a colación, almorzar, fumar otro cigarrillo, tomarse otro café, volver a trabajar, despedirse de sus colegas, apagar el computador de la oficina, tomar la micro, volver a casa, preparar la cena, volver a dormir. Sueña con ella. Cada noche. Que le hace el amor, que le toma la mano, que la besa en la mejilla, que le hace un masaje. Trata de olvidar. Todos los días, todos los minutos, todos los segundos. Ha inventado varios trucos para engañar sus sentimientos. Hizo un curso de lectura veloz, participó en un concurso de poesía, se metió con una puta, mató su gato a patadas, se hizo socio del Audax Italiano, se rapó al cero. Pero ya nada resulta. 5 meses van desde que le rompieron el corazón. Y todavía le sudan las manos cuando escucha su nombre.