jueves, octubre 13, 2005

SUPER


Magdalena arrastra el carro por el pasillo de las bebidas. Fanta para los niños. Cerveza para el marido. Jugo para ella. Un dolor monumental corona su cabeza. Lleve dos y pague uno. La compra del mes siempre ha sido una tragedia. Que el presupuesto. Que las ofertas. Que esa maldita manía de ahorrar peso a peso. Esta tarde sólo sabe un par de cosas: Hoy es el día de las verduras y mañana el de la carne. Suena el celular de Magdalena frente al pasillo de los alimentos dietéticos. Es Antonio (el otro, el patas negras). La peor pesadilla de Jaime (su marido, el hombre para toda la vida). Antonio le dice que quiere terminar. Que se dio cuenta que ama a otra mujer (soltera, más joven, sin hijos) Una niña, una perra, una puta que no sabe cuanto cuesta un litro de leche. Eso se lo dice a él mientras un reponedor baja el precio del queso laminado (Antes $800 Hoy $700. Lo llevo). Una lágrima cae, a pesar que todos saben que es políticamente incorrecto llorar en un supermercado. Pero esta vez, Magdalena no aguanta más. Suelta el carro con rabia. Contra una pirámide de arvejas en conserva. Ruido infernal que llama la atención de las mujeres/clientes. Ruido infernal que hace llorar a los niños/clientes. Ruido infernal que espanta a los hombres/clientes. Rudio infernal que rompe la rutina de un supermercado cualquiera. Ahora Magdalena levanta la cabeza. Rodeada por curiosos en la entrada y salida del pasillo de abarrotes. Nadie hace nada. Nadie dice nada. Un estricto silencio entre las paredes de un concurrido supermercado. De pronto, un vértigo de imágenes: Ofertas-Antonio-Promociones-El marido-2x1-Sus niños-Tarjeta de descuento-litro de leche-puta joven-kilo de tomates. Todos juntos y revueltos en la frágil cabeza de la pobre Magdalena, quien es juzgada por decenas de ojos consumidores. Esta vez, se pregunta, quién lanzará la primera piedra.

37 comentarios:

Icy dijo...

Sencillamente S-O-B-E-R-B-I-O!!!!!

No pude evitar sentirme un poco Magdalena, toda confundida en el super de la vida...

Lo malo es que nunca ponen de oferta las penas (deje 2 y lleve una)...

Gracias, ya se le extrañaba, mi querido Conde.

Bárbara Avello Vega dijo...

como siempre metidos los copuchentos. los sapitos.

abrazos, hasta luego...

Bárbara Avello Vega dijo...

ah si.. se le extrañaba bastante!

Nacho dijo...

notable, as usual.
saludos, seguiré sapeando por acá.

nadie dijo...

de nuevo forno.
tan simple.
las coincidencias con la realidad son pura casualidad ¿cierto?

Javier Sanfeliú dijo...

en el santa isabel el laminado está a $550, bien pava la cabra. Por algo le pasan las cosas.

Gran cuento.

Ciao

ignacio dijo...

Eso es un verdadero supermercado...un mix de productos y sensaciones.

saludos

piolilla dijo...

Nadie podría tirarle la primera, creo que todos hemos querido alguna vez romper las pirámides de latas en conserva. O al menos yo, muchas veces.

Notable.

lunática dijo...

cómo decirlo?
simplemente me encantan tus relatos. Con todo incluído.
Un besito

Bárbara Avello Vega dijo...

necesito ayuda de nuevo... tengo que elegir otro libro. cuál puede ser?

hasta luego.

TinoRO dijo...

Que puedo decir, excelente. Se deja leer, te lleva por instantes a la mente de ella, las ideas, el mundo que da vueltas, un ajeno e impersonal supermercado, una vida con pilares de verduras en conservas.

Me gustó. Esperaré lo próximo y volveré.

Saludos,
Tino RO

Anónimo dijo...

Perdona Hugo esto es para Chere: ¡¡¡¡yo voto por ti!!!!!!

Pilar dijo...

Que bueno que apareciste... pero pa variar me quedo con tremenda pena...
Seguro que con el tiempo Magdalena va a entender que la puta se quedó con un "cacho", pa´ que quiere Magdalena "dos"???
Saludos chillanejos, hasta pronto.-

grandchester dijo...

nadie hace nada, nadie dice nada.. que clásica y fría reacción. Aunque no falta quien mira y no se atreve a dar consuelo, sería mejor que agarrar un tarro de arvejas y lanzárselo por la cabeza...

saludos

c. dijo...

qué bueno... pobres magdalenas... igual antonio no servía y quizás jaime tiene un buen seguro de vida y tiene un maldito accidente casero y magdalena ya no tiene que ahorrar y puede echar unos chocolates Lindt al carro (que son lejos lo mejor) y celebrar corriendo por las praderas del Jumbo con sus hijos... magdalenas del mundo, uníos!!!

Pau dijo...

Notable!!! muy buen post. Hoy fui al super y pese a que no tengo ni hijos ni patas negras, me sentí Magdalena por un rato.
Te leo, saludos.

Natalia del Campo dijo...

Que exitoso este blog.
Su autor debe ser muy, pero muy emergente.

nadie dijo...

emergentísimo, pues

Cpunto dijo...

a veces pasas por la góndola d echocolates y te quedas ahí parado repasando el amargo del bitter que más de alguna tarde nunca supo tan bitter,
uno se va con el carro pero con las manos vacías, y el ruidito de las ruidas te hace coro,

C.

De paso dijo...

Quiero que me caiga encima una torre de arvejas. Pero no seamos masoca: sin latas, por favor. Y quedarme ahí escondida del mundo hasta que cierren las puertas y me pueda revolcar a gusto en mi escondite. Al día siguiente salir y porfiar la caminata como si nada hubiese pasado. Desaparecer en un lugar que sé continuará a pesar de que yo me esconda. Tener la oportunidad de morir un segundo sólo por descansar, cosa de extender mis aletas olor arveja sin cuidado ni vergüenza de no haber querido enfrentar-me en una noche de supermercado. Absurdo y simple.

Puedo?

NooOoOooooOoooOooOO! porque por ahora hay que puro volar a ala ancha. Paciencia. Ya llegará un tiempo de descanso o los años aquellos designados para ello. Se descansará realmente o sólo será una larga mirada hacia la muerte? Bueno, al final se descansará en paz. O en silencio. O en ausencia. O ignorancia. O... ah! dijiste que me dejarías un pucho. Bueno, se descansará con placer. Mundano, pero placer al fin.

Anónimo dijo...

Tantas magdalenas por ahí, que ya casi no importan, que se esconden con un espíritu de avestruz increíble, que bueno que por lo menos tu las veas....
cada vez que leo tus relatos me quedo pegada, y aunque hoy, el caso del super merece atención me quede en ti cieloprotector, sin querer llegaste y me has protegido, tus cuentos me han protegido y aunque muchas veces me dan unos colores increíbles, muchas otras me asustan, me recuerdan que la vida no es mas que lo típicamente cotidiano, que es una mezcla de cosas que te retuercen el alma de las cuales no puedes escapar, y lo peor es que muchas veces no quieres escapar.....
gracias, mil gracias, por todo....te seguiré leyendo aunque duela..

mirada dijo...

cieloprotector...gracias
me gustan tus relatos

elcieloprotector dijo...

q les puedo decir por sus comentarios.. super!

El Hincha dijo...

Gran cuento, seguiré leyendo tus relatos!

Juan Pablo Tapia dijo...

Cada vez mejor, cada vez mejor! cada vez mejor!!

Mexxe dijo...

Bueno bueno... Veo a Magdalena digna, en medio del silencio del super, esperando la primera piedra pero despreciándolos a todos porque la juzgan por desordenada y ni se imaginan que en realidad, quiso matarlos a todos.

Sra. Chayo dijo...

Un plac plac plac por ti =)

Anónimo dijo...

Magdalena no tiene claro lo de las economías a escala. Ni sabe si el mercado es cruel o nó. Su caletre ni razona acaso si en el supermercado la macroeconomía le servirá para comprar el tarro de arvejas. Ella está asida al carro que la arrastra por el pasillo en dirección a la caja donde deberá pagar por el consumo.(¿O el consumismo?
Brillante tu estilo.
Felicitaciones.

Anónimo dijo...

NOTABLE!, cada vez mas y mas

Roscoe dijo...

Mi visión de los supermercados está plasmada de humor negro.

Te sugiero que visites mi blog, a ver si te gusta mi aventura en un megaultrasupermercado.

La vida moderna tiene más moderna que vida (parafraseando a Quino).

GaViOtA dijo...

imagino mi futuro, es al que le temo y le temere siempre, luchar tanto por conseguir una vida "digna" para terminar siendo objeto del mundo y olvidad por muchos ese es el extraño mundo de una mujer...

Bárbara Avello Vega dijo...

y el otro cuento cuándo?... está muy ocupado el cielo pretector?

De paso dijo...

Ya no recuerdo quién lo dijo:

El que presta un libro es un estúpido. El que los devuelve es un imbécil.

Mala cosa mariposa.

Gracias por su segundo dato.

Besos millones!

Dark Rusa dijo...

MAS DE UD!!!!!!!!!!!! SR!!!!!!!! MASSSSSSSSSSSSSSSS

gabino96 dijo...

no estoy muy metido aún en este asunto del blog, pero sigo tus cuentos, me quedé en supermercado. Espero el próximo. un beso.

Gata con SuerT dijo...

relajese, si esto es cierto o no, no lo se, pero yo ke trabajo en un gran hipermercado, puedo asegurar ke cuando pasan cosas asi, los unicos enretenidos son los clientes ke se dan cuenta, muchas veces ni lo notan , todos andan tam netidos en sus burbujitas ke ni ven o sienten lo ke sucede a su alrededor. y los del supermercado? esos ya estamos acostumbrados a ese tipo de reacciones emocinales causadas por maridos vacunas, mujeres taradas (cuando es el marido al ke le da atake) o padres sobrepasados (niños con atakes de llanto "depresivo", por no tener el cereal ke kieren)
A veces es mejor ir solo al supermercado, y dejar a lso demas tiarndose las mechas en al casa

Bruno-sol dijo...

Excelente!!! mis felicitaciones, el cuento es genial. Y veo que tienes demasiadas admiradoras..mmmm