sábado, mayo 12, 2007

ROSA


El hombre es chileno, hijo de genoveses. La mujer es madrileña, hija de valencianos. Ambos se conocieron en un barco que zarpaba desde Génova hacia Valparaíso, con escala en Valencia y en un sinnúmero de puertos sudamericanos. El hombre le echó el ojo apenas el barco dejaba atrás el puerto español. Pero su timidez exagerada lo llevaron a guardar silencio durante todo la travesía por el océano atlántico. Recién intercambió un par de palabras al atravesar el Canal de Panamá. El hombre, frente a la costa colombiana y superando todos sus temores, la sacó a bailar después de pedir solemnemente permiso a sus padres. El primer beso se lo dieron entrando a costas chilenas, frente a Iquique, en una noche despejada de luna llena. Al llegar a Valparaíso, se despidieron con un abrazo lleno de promesas. Los padres de ella miraban de reojo. El tomó un bus hacia Quilpué y ella el tren hacia Santiago. 3 años más tarde se casaron en una fea iglesia de calle El Aguilucho. Yo me convertí en su primer hijo. En un arranque de originalidad, me bautizaron con el mismo nombre de pila de mi padre. Una mañana de sol, mi madre me vio en el jardín con la mirada perdida sobre una rosa. Hoy tu hijo estuvo mirando una flor en silencio durante 10 minutos. Va a ser poeta. Dios nos libre, dijo mi padre, antes de llevarse la primera cucharada de un plato de apetitosas lentejas.

21 comentarios:

fidelio dijo...

cómo no ser poeta con un padre que disfruta las lentejas… y una madre que sabrá que las verdaderas paellas se preparan en Valencia. y esa suerte de cruzar el Atlántico navegando, observando… hasta el primer beso. ya no... son historias de otros tiempos, para un hijo contemplativo. aunque todavía zarpan barcos desde Génova hacia Valparaíso.

nadie dijo...

tenía de donde salir poeta...poeta...poeta

Kunuca dijo...

ufff que lindo, me llevaste de un salto a la tarde donde deborè por completo "el amor en tiempos de colera" del genio de marquez!
besos.

Ale dijo...

Lindo!! me encantó, tenía una espsecie de magia que ya no se respira ni el metro, ni en el transantiago, ni el ciberespacio.
Suerte al de lso protagonsitas, suerte la del hijo que nos puede contar la historia, suerte la nuestra por poder conocerla.

saludos.

LP dijo...

El aire marino provoca situaciones... por otro lado los viajes que nos acercan a nuevas realidades aportan su dosis de estimulo para dejar la timidez... las flores pa´que decir... ahora admirar con apetito las lentejas!!! Esta todo daó pa´ser poeta... ni los gases más horrorosos a consecuencia de tan cálida gastronomia, distraeran la fuerza del poeta (¿o peota?)... larga vida a la poesia!!!!

Unknown dijo...

Me encantan las pre-historias, como todo toma otro color, de sol de invierno, ese que aparece a veces a través de un árbol y da un calor tan inesperado como bello.
Me gustó mucho.

Pía Bórquez dijo...

que lindo!

y salio poeta!

saludos

Anónimo dijo...

Que linda tu historia.
Siempre del amor salen buenas conscuencias.
El mar nos pone asi.

Una noctambula.

Gustavo Varas dijo...

y se hizo poeta.

Un Abrazo

nadie dijo...

oye tendré tu mail mal????? te escribí para saludarte hace mucho y nada...

nadie dijo...

repito

¿¿¿¿tendré mal tu mail que no contestassssss???????

Anónimo dijo...

guapo, pero que cursi,,,aunque reconozco que me pensé tu madre extrañándo a tu padre y ese beso se lo doy a mi novio en un ratito más

FU dijo...

está muy bueno.

y las lentejas me recuerdan un pasaje bíblico, la venta de la primogenitura de Esaú a Jacob por un plato de lentejas y todo lo que se armó ahí y todo lo que significa... bueno, en fin.

buen cuento.

nadie dijo...

Un café

iggie dijo...

wen poeta...

interesantes palabras...

http://guaucomic.blogspot.com
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Anónimo dijo...

Y que paso con los pdcast q salian en podcaster??'

Anónimo dijo...

un café, una cerveza, un vino, un vaso de agua ;)

nadie dijo...

bueno y el timbre ¿cuando suena?

nadie dijo...

pffffff

El Apestado dijo...

Y las lentejas le cayeron mal, muy mal...

Chamila Rodríguez ACTRIZ dijo...

... linda historia.

Hermosa rosa.
Cariños.