
Lo atropellan. La cabeza contra el pavimento. Un hilo de sangre por la boca. Entre las piernas: la tarjeta BIP!, la billetera, el carnet de identidad. Monedas. Muchas monedas. Fósforos, los Viceroy de siempre. Una boleta de farmacia. El párpado que se abre. El párpado que se cierra. Como suele suceder en estos casos, su propia vida en 30 segundos: su primera comunión, el primer beso robado, la fiesta de 15, los resultados de la PSU, el cáncer del papá, el orgasmo en calle Bandera, los ojos de la novia. Ahora la mirada desenfocada. El cemento frío. La sal en la boca. Las piernas dormidas. Un extraño ruido en la oreja izquierda. Cierra los ojos. Escucha voces. El conductor que niega. Palabras de consuelo. Un bocinazo. El llanto de un niño. Una sirena lejana. Los testigos de siempre. El grito de una mujer. La voz de Dios.
6 comentarios:
resucitaste de entre los muertos, estoy intoxicada de cuentos (algunos los reconozco), éste en particular, ¿qué veremos pasar por nuestros ojos? ¿cómo será la voz de dios?
qué injusticia tan pocos segundos para recordar lo infinito que es vivir
Un abrazo (dejaste la sordera querido protector)
Quién recuerda su primera comunión, yo ando vivo, soy joven y no la recuerdo, sé que la hice,pero no recuerdo el evento.
wooooow, buenisimo!! Ese estilo puntillista tuyo está genial.
RTLN::
si yo tuviera que definir a un escritor, lo definiría como un HIPNOTIZADOR GRAFICO; en efecto, poco a poco el encanto de las palabras dse apoderan de nosotros como del cerebro de un licor fino, vamos sin darnos cuenta, deponiendo nuestras defensas racionales y no nos damos cuaenta de quedar atrapados. Príncipe Nelson.
Los 15 años,me pasaron desapercibido i mui rapidos..uno siempre piensa que es la mejor edad de la vida,pero ami no me paso..!
dove sei?
Publicar un comentario