jueves, agosto 11, 2005

VETERANO


Un día, te tomaron por sorpresa en plena calle republicana. Comenzaba la Guerra Civil Española. Te dieron una cantimplora. Un casco. Y un fusil. A la trinchera soldado. Listo y dispuesto para matar fascistas. De noche, dejaste la cantimplora, el casco, el fusil y saltaste la trinchera. Corriste como endemoniado. Lo tuyo era Franco y sus secuaces. En la otra calle te dieron una cantimplora. Un casco. Un fusil. A la trinchera soldado. Listo y dispuesto para matar republicanos. Terminó la guerra (nunca me dijiste cuantos rojos mataste). Te dieron una medalla. Nacía tu flamante carrera militar. Meses después, te hiciste voluntario. Segunda Guerra Mundial la llamaban. Nazis les decían. Franco los bautizó como la División Azul. Te pasaron otra cantimplora. Otro casco. Otro fusil. Más allá de España te habían reservado otra trinchera. A Rusia los boletos. ¿La orden? Liberar a la Unión Soviética de la plaga comunista. Matar en nombre del Fürher. Pero algo salió mal. Viste morir a tus compañeros. Despedazados. Pero sobre todo, congelados. El fin de la guerra te pilló en Checoslovaquia. Sin la cantimplora. Sin el casco. Sin el fusil. Sin nada, salvo hambre. Pero hambre-hambre. Volviste caminando a España. A Valencia. Tu ciudad. Te dieron más medallas, más cantimploras, más cascos, más fusiles. Años después te hiciste padre de mi madre. Abandonaste tu carrera militar. Tomaste un barco con tu mujer y tus dos hijas. Cruzaste el Atlántico. Llegaste a Argentina. Volaste sobre la Cordillera de los Andes. Te radicaste en Chile. Pasaron otros años y un día te convertiste en mi abuelo. En el abuelo más duro del bosque genealógico. Hoy, mayo del 2004, te tengo frente a mí. Sentado frente a tu televisor. Sintonizando TVE. Medio sordo. Un preinfarto a cuestas. La mirada casi perdida. La rabia a flor de piel. Básicamente, un veterano de guerra. Un soldado al que entre todos los familiares le escondimos su cantimplora, su casco y su fusil. Intimamente creemos que el mundo nos debe una.

1 comentario:

ignacio dijo...

SIMPLEMENTE INCREIBLE...PARECE QUE HAY PERSONAS CON VERDADERAS HISTORIAS PARA CONTAR...MI ABUELO HIZO LO MISMO PERO DESDE EL LIBANO HACIA ARGENTINA...ESO SI SIN FUSIL NI CANTIMPLORA PERO CON UN HAREM A CUESTAS...VIVA MI ABUELO